miércoles, 15 de febrero de 2012

Porno y negocio sexual en las páginas de deportes del lunes 13 de La Nueva España, de Oviedo

Pues bien amigos, que sí, que sí, que el Play Boy ya está aquí. ¿A ver si es que han comprado participaciones de algún periódico regional? Bueno, pues a la vista de que el negocio baja y las ventas también, algunos medios que se dicen independientes no tienen ningún empacho en manifestar la imagen degradante de la mujer como "cosa de deseo" y nada más.
La publicidad me ha parecido tan denigrante tanto para las propias mujeres que se exhiben como para todas las mujeres en general, que, ni corto ni perezoso le he enviado esta carta a la Sra Directora del periódico en cuestión.
Creo que con ello cumplo como hombre y ciudadano, deportista, amante de esta tierra y admirador de la mujer por la cantidad de virtudes que tienen, que los hombres no apreciamos debidamente.
No espero contestación personal, ni la necesito, ni la requiero; solo me gustaría ver que la Sra. Directora tiene también ese elenco de virtudes citadas, las ponga en valor, en acto, recapacite y rectifique.
Si hay novedades dignas de mención ya os las iré contando y si nó, paciencia y barajar, como en el poker.
                                               __________________________________
Adolfo Rovira Carazo                                                         Oviedo 14 de febrero de 2012
Ingeniero Aeronáutico
                                                                                                      La Nueva España
                                                                                                      At Dª: Ángeles Rivero
                                                                                                      Directora


Sra. Directora: En la salida cicloturista de hoy martes, 14 de Febrero y bajo la lluvia, con el Grupo del que soy socio y que es una sección deportiva del mayor Club Social de Oviedo y de Asturias, el periódico que usted dirige ha sido objeto de tristes comentarios entre los jóvenes y mayores; una mezcla de triste sarcasmo e indignación.
Los comentarios se pueden sintetizar en una frase: “ya no hace falta comprar Play Boy para ver temas porno; por mucho menos lo da La Nueva España”.
Los comentarios también se centraban en que ya teníamos suficiente con la prensa francesa para envilecer el deporte español como para que la nacional introdujese anuncios en las páginas deportivas, que ven nuestros hijos y nuestros nietos, que chocan frontalmente con todos los postulados nobles del deporte. Y ya sabe usted a qué me refiero.
El que estemos en época de crisis, el que haya que “hacer más caja” no justifica los medios. Su libertad de expresión no es infinita como algunos pretenden afirmar, sobre todo cuando ofende gravemente, por el modo, la forma y el lugar, los sentimientos y convicciones más íntimas de millares de asturianos y de millones de españoles.
Le pido, sin más rodeos, que no tropiece más en la misma piedra lo que redundará en beneficio de la ética sociedad asturiana y de la de su propio periódico.
Le saluda atentamente,

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